El tercero de los mecanismos que pueden explicar el cambio evolutivo es la migración. La migración consiste en el traslado de uno o varios individuos de una población a otra cuando este traslado tiene consecuencias reproductivas, es decir, cuando los individuos que llegan a la nueva población se reproducen con los miembros autóctonos de la misma. La migración puede ser voluntaria o involuntaria. Por ejemplo, muchos primates (en algunos casos las hembras, en otros los machos) migran voluntariamente a poblaciones distintas de las que han nacido para reproducirse en ellas. Otros casos, en cambio, implican un desplazamiento involuntario. Por ejemplo, durante un temporal en el mar ciertas especies del ecosistema intermareal pueden ser trasladadas desde su costa de origen hasta otra costa distinta a la que no podrían haber llegado de otro modo. Presumiblemente, en esta nueva costa los individuos trasladados por el temporal se reproducen con sus congéneres autóctonos.
En términos evolutivos, la migración es importante en la medida en que contribuye al flujo genético, que no es más que el intercambio de información genética (alelos) entre poblaciones. Al llegar a una nueva población los organismos migrantes introducen en la misma alelos específicos que hasta entonces sólo estaban presentes en los miembros de la población de origen, pues las mutaciones azarosas por las que habían surgido sólo habían tenido lugar en esta última población. Por tanto, tras un proceso de migración los alelos endémicos de una población pueden extenderse en la población de llegada. Desde un punto de vista genético la migración tiende a homogeneizar las distintas poblaciones de una misma especie, ya que disminuye el número de variantes alélicas características de cada una de ellas (ver Figura 1).
Desde un punto de vista de la eficacia biológica las migraciones son azarosas, esto es, los alelos que se intercambian pueden contribuir a aumentar, disminuir o mantener constante la eficacia biológica en la población de llegada, dependiendo de la naturaleza de dichos alelos. En caso de que el alelo sea beneficioso, es probable que este alelo se extienda aún más en la población impulsado por la selección natural; en el caso de que sea deletéreo, será penalizado por la selección natural (pudiendo llegar a anular el efecto práctico de la migración). Por último, en el caso de que sea neutro, su fijación o eliminación posterior en la población también dependerá de la deriva genética.
En la naturaleza se han descrito distintos casos que ilustran el efecto que puede tener la migración sobre las poblaciones de llegada. Por ejemplo, se ha observado que la reintroducción de trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) de piscifactoría a su hábitat natural tiene un efecto perjudicial sobre la eficacia biológica de la población salvaje, dado que presumiblemente introduce alelos con menor eficacia asociada a esta última población (Araki et al. 2009). En cambio, en otras ocasiones la migración introduce alelos positivos que permiten a sus portadores hacer frente a infecciones o enfermedades más eficazmente, lo cual sirve a los biólogos para ayudar a las poblaciones amenazadas o en peligro de extinción a recuperarse a base de reproducir a sus individuos con miembros de otras poblaciones de la especie. Esto se ha realizado, por ejemplo, para ayudar a las poblaciones de puma de Florida (Puma concolor coryi) en EE UU (Johnson et al. 2010).
Para saber más:
Araki, H., Cooper, B., Blouin, M. S. (2009). Carry-over effect of captive breeding reduces reproductive fitness of wild-born descendants in the wild. Biology Letters,. 5(5): 621-624. Citado en: Freeman, S., Quillin, K. & Allison, L. (2014). Biological Science (5th ed.). Londres: Pearson.
Freeman, S., Quillin, K. & Allison, L. (2014). Biological Science (5th ed.). Londres: Pearson.
Johnson, W. E., Onorato, D. P., Roelke, M. E., et al. (2010). Genetic restoration of the Florida Panther. Science,. 329(5999): 1641-1645. Citado en: Freeman, S., Quillin, K. & Allison, L. (2014). Biological Science (5th ed.). Londres: Pearson.