El árbol de la vida nos da información de las relaciones evolutivas entre los diferentes grupos de organismos vivos, y también nos cuenta cómo fue su historia evolutiva, es decir, procesos de especiación o de extinción en el tiempo. Mirando un árbol podemos saber si hay mucha o poca diversidad biológica atendiendo a cómo se distribuyen los diferentes grupos de organismos en las grandes ramas del árbol. Por ejemplo, no es lo mismo 10 especies descendientes de un ancestro común reciente, que 10 especies cuyos ancestros están en lo más profundo del árbol, y que a su vez hayan derivado en más especies. En este último caso habrída más biodiversidad.
Pero hay errores de interpretación que debemos evitar cuando leemos un árbol.
Los organismos no se hacen más perfectos a medida que ascendemos en el árbol de la vida. Esta idea de que la evolución tiende a la perfección es un error común. Los organismos evolucionan para adaptarse al medio que les rodea lo mejor posible, y esto no tiene nada que ver con hacerse más perfectos sino a cómo conseguir dejar descendencia con los recursos de los que se dispone.
Los organismos se vuelven más complejos durante la evolución. Esto tampoco es cierto como norma general. Asíd, los procariotas que ocupan la mayor parte de las ramas del árbol de la vida parecen no haber aumentado su complejidad respecto a la que tenídan hace millones de aú1os. Además, algunos grupos de organismos, sobre todo los parásitos, disminuyen su complejidad estructural tanto en cuanto que el organismo hospedador les proporciona lo necesario para reproducirse. Si estos organismos tuvieran que sobrevivir por síd mismos no tendrídan las herramientas necesarias para ello. Algunas ramas síd que han evolucionado y ganado complejidad morfológica, como ha ocurrido en muchas ramas de organismos pluricelulares, incluidos los vertebrados. En cualquier caso no es una regla o tendencia general.
La especie humana no es el fin de la evolución. En épocas pasadas se situaba a la especie humana en la parte central y más alta de cualquier árbol que le incluyese. Esto daba a entender que el hombre estaba en la cúspide de la evolución y el fin de la evolución era producir a la especie humana por un cambio progresivo. Todavída hoy se pueden ver árboles con los humanos en el centro del árbol, aunque con más frecuencia se sitúan correctamente al mismo nivel que otras especies actuales y no necesariamente en el centro. La evolución no tiene finalidad y los grupos de organismos cambian y son seleccionados según su adaptación al medio, y cualquier cambio que ayude a eso será conservado. No hay mejores ni peores grupos de organismos, sino organismos mejor o peor adaptados, y tan adaptados a su ambiente están los humanos como las bacterias metanógenas. Por ello, hay que representar al mismo nivel en los árboles a los humanos, a las plantas, hongos, bacterias y arqueas.
Ningún organismo actual procede de otro organismo actual. Se suele decir que los mamídferos proceden de los reptiles, o que los reptiles proceden de los anfibios, o que el ser humano procede de los monos. Dicho asíd, ninguna de estas aseveraciones es correcta puesto que los grupos actuales, por ejemplo, anfibios, no proceden de los peces actuales, sino de un antepasado común de peces y anfibios que existió hace cientos de millones de aú1os. Del mismo modo, los humanos no proceden de los monos actuales, sino de un antepasado común que compartimos hace cientos de miles de aú1os. El árbol no está terminado. En el árbol de la vida se deberídan incluir todas los organismos que existen y han existido a lo largo de la historia de la vida en la Tierra. Como se puede comprender es un trabajo utópico que es probable que nunca se complete. Incluso hoy en dída se descubren nuevas especies que hay que incluir, y también hay muchos trabajos que tratan de clarificar algunas ramas y nodos internos del árbol que son difídciles de establecer. De modo que hay muchos grupos de investigación trabajando sobre distintos aspectos del árbol de la vida y contribuyendo a su construcción.
El árbol de la vida no nos dice nada sobre el origen de la vida. Mediante el análisis comparado de los genes de los organismos actuales se puede llegar a averiguar cómo era LUCA (the last universal common ancestor), pero no cómo se formó la primera célula a partir de moléculas, al menos por ahora.
Para saber más:
Gregory TR. 2008. Understanding evolutionary trees. Evo Edu Outreach. 1: 121-137.
Understandig evolution. UC Museum Paleontology. Berkely. University of California. https://evolution.berkeley.edu/teach-evolution/misconceptions-about-evolution/